Quiero compartir con vosotros una
grata sorpresa que descubrí de manera casual en Berlín. El Computerspielemuseum. No
sabía de su existencia. Un solo día antes de partir de viaje pensando que
Berlín era una gran ciudad y que Alemania destacaba por la técnica me cuestioné
a mí mismo que tenía que existir algún retro museo de computación. Acto seguido
simplemente busqué en Google ”Berlín museos retro” y voilà ahí apareció para
disgusto de mi acompañante que no le agrada la retro computación y menos de viaje.....
El Museo se encuentra ubicado en una
Avenida llamada Karl-Marx-Allee 93. Es inmensa y
sobrecogedora. No es una zona turística y la sensación de tanto espacio, con tanta tranquilidad y una atmosfera de sector post-soviético, letreros con el nombre parecido al de Molotov (primer ministro soviético de la guerra fría 1.0) en lo alto de los edificios me ponía ya cachondo camino al museo. Me refiero a que se me hacía raro salir de la zona turística y pasear en ese ambiente de camino a un museo que contenía mi mayor hobby en pleno Berlín. A mi acompañante no le hacía ninguna gracia. Nos alejábamos de Marien Plazt etc. Y nos introducíamos en las avenidas de la guerra fría 1.0
sobrecogedora. No es una zona turística y la sensación de tanto espacio, con tanta tranquilidad y una atmosfera de sector post-soviético, letreros con el nombre parecido al de Molotov (primer ministro soviético de la guerra fría 1.0) en lo alto de los edificios me ponía ya cachondo camino al museo. Me refiero a que se me hacía raro salir de la zona turística y pasear en ese ambiente de camino a un museo que contenía mi mayor hobby en pleno Berlín. A mi acompañante no le hacía ninguna gracia. Nos alejábamos de Marien Plazt etc. Y nos introducíamos en las avenidas de la guerra fría 1.0
Cuando llegamos la sorpresa fue
muy muy agradable. Pasamos del frío al calor del interior del museo. Solo
entrar te encuentras con un Retrato del Ralph Bahuer y una urna para donativos.
La entrada son 9 euros y después de salir del museo puedo decir que los vale.
Otra sorpresa, Guardarropía y tienda retro. El guardarropía se agradece cuando
vas enchaquetado con tanto frío. Va incluido con la entrada.
Lo primero que hice fue entrada
en la tienda. No es muy grande, pero si muy completa. Disponían de buena
lectura y merchandaising diverso. Había libros muy buenos de gran calidad.
Cuando Salí de la tienda entre en
estado catatónico. No sabía que ver primero y decidí adentrarme en una zona de
exposición interactiva donde podías jugar. El primer ordenador que divise… Mi
querido Amiga 500 seguido de un Atari XL800. (jugué un poco a los dos)
Acto seguido avanzando por los
pasillos descubrí la zona de exposición. Esta era cubicular. En cada cubículo
existía un modelo a exponer, juego o cualquier tema. Todo estaba expuesto de
una manera muy racional y ordenada. Ahí me empezó a llamar gratamente la
atención un tema. El museo no estaba encarado a consolas, microordenadores,
recreativas etc. Estaba encarado a la retro computación en si misma. Todas las
máquinas y épocas por igual. Se exponía todo. ¡Desde una aceleradora Voodo Fx a
un ordenador que cargaba el Basic desde un vinilo! Si lo dicho. Ni tarjetas
perforadas, ni casetes desde un disco de vinilo.
También entre los cubículos había
incrustados monitores y disponías delante de un joystick. Si apretabas el botón
el monitor te daba la explicación pertinente sobre un tema. Tenían un muro de honor o de la
fama con visitantes ilustres al museo. Desde Steve Wozniak a Hideo Kojima. En
la sala de Exposición hay un Apple II con su firma de puño y letra. También
otras ilustres personalidades.
Otra zona muy interesante era la
sala de recreativas. Estas estaban expuestas en un verdadero salón recreativo y
podías interactuar con ellas. Jugabas y a la vez disfrutabas del entorno de un
salón recreativo con todo el jaleo de musiquitas y sonidos que conlleva.
Algunas máquinas estaban restauradas pero otras no. Jugué a Space invander en
la máquina original. (Fue la primera que jugué de pequeño) y la sensación no
tiene nombre. Sinceramente no me acordaba del buen acabado de estas máquinas. Tenían
un lujo de detalles increíbles.
Por cierto había una recreativa
de Pong original expuesta. Fabricada en
Santa Clara (California) y esa no lo tocabas. Barandilla de seguridad. Me
encanto. Fue de lo primerito en recreativas de bares y salones ¡Otra agradable sorpresa fue ver
una Atari 2600 con un joystick icónico y gigante!
Al final del museo al fondo fue
toda una sorpresa lo que me encontré. Una zona contextualizando escenarios
entorno a diferentes épocas y máquinas. El nivel de detalle era increíble. Recreaban los 70, 80, 90. La zona escenográfica era realmente divertida. Daba mucho juego para realizar fotografías divertidas y para sentir in situ la sensación de retroceder en el tiempo no solo con la máquina de turno sino también a su época y todo lo que la rodeaba. Las películas, tecnología en general como teléfonos, televisores, equipos de música, decoración etc.
Más adelante aluciné con una máquina de la Europa del este que me: electrocuto, quemo y arreo latigazos en la mano. Era motivante jugar con ella. Te esforzabas por ganar. La máquina se encargaba de motivarte… Mayores de 18 años y sin problemas cardíacos.
Más adelante aluciné con una máquina de la Europa del este que me: electrocuto, quemo y arreo latigazos en la mano. Era motivante jugar con ella. Te esforzabas por ganar. La máquina se encargaba de motivarte… Mayores de 18 años y sin problemas cardíacos.
También había una máquina creo
que soviética o por lo menos del este y era realmente curiosa. La Polipony. Más
que los juegos (era multijuego) lo que me llamo la atención realmente fue su
sistema constructivo. Tosco pero efectivo. Muy del este muy soviético. Por así
decirlo si tengo que escribir en el espacio bajo ingravidez: los astronautas
tendrán un súper bolígrafo anti gravedad digital. Los cosmonautas cogen un lápiz
con una mina de alta calidad y listos. Tosco pero efectivo. Mismo uso con mucho
menos dinero. Así era la máquina. La botonera era muy industrial. Realmente los
botones eran de maquinaria industrial no de videojuegos. Eran típicos de
elevadoras o grúas, pero dispara ¿no? pues adelante a matar marcianos. El
mueble era muy artesano. Tosco y desproporcionado con un diseño poco cuidado
pero efectivo.
Ahora el Ayuntamiento de Madrid también
abrirá en breve un museo del videojuego en los bajos de la zona Azca junto al Paseo
de la Castellana. La financiación será público-privada. Me alegro por este tipo
de iniciativas. Berlín en todo un ejemplo, Madrid lo hará y a ver qué pasa con
Barcelona. A día de hoy es raro que este tipo de museos no proliferen más en
las grandes capitales. La retroinformatica es parte de la historia y deberían
proliferar con fondo público como proliferan otro tipo de museos. En Barcelona
parece ser que este tipo de menesteres no los consideran aún cultura e historia…
Compartida esta experiencia con
vosotros espero que os halla agradado. Ya sabéis si pasáis por Berlín y os
gusta el retro o en general la computación este museo es de visita obligada.
Por cierto, a la persona que acompañaba le encanto el museo, se lo paso genial
y tan siquiera era un tema de su interés y acabo interesándose. ¡Imaginaros
si vale la pena visitarlo!
http://www.computerspielemuseum.de/
http://www.computerspielemuseum.de/
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